La marea de peregrinos que estos días inundan las calles de Madrid, es como lo han calificado los hosteleros de la capital española, una bendición.
No solamente por el hecho de ser consumidores, tan necesarios actualmente, por la situación de estancamiento de nuestra economía. Sino una bendición, para la imagen de una España desprestigiadas por la falta de respeto, principios, tolerancia y educación de movimientos como el 15-M.
Estos días, la ciudad del Manzanares se ha convertido en una fiesta constante donde el Amor a Dios es la bandera de mas de 1.000.000 de jóvenes, llegados a esta JMJ 2011 desde todos los rincones del globo. Unos jóvenes que junto a los voluntarios de este evento internacional, están dispuesto a hacer de ello una gran fiesta para todos.
El color y el calor que inundan las calles, son testimonio de una juventud comprometida, concienciada de los problemas que lacran la sociedad y dispuesta a afrontarlos.
No deja de ser irónico, ver como tiramos piedras contra nuestro propio tejado, el empeño de muchos de repudiar nuestros orígenes. Esos cimientos que hunden sus raices en el Cristianismo. Y es con actos, como el que tendrá lugar esta tarde, la denominada marcha ‘’anti-Papa’’ donde, los intolerantes, y defensores del odio se hacen escuchar bajo el amparo de las instituciones, para propagar la intransigencia en este caso contra los peregrinos y la visita del Papa.
Algo increible si se tiene en cuenta que este acto, la JMJ, supone un alivio y respiro para muchos sectores económicos de Madrid e incluso para el Estado, que recaudará mas de 25 millones de euros. Y aporta a la marca ‘’España’’ la imagen de la capacidad de organizar eventos de este calado y magnitud.
Se mire por donde se mire ventajas y beneficios, que ni la intolerancia ni la fobia de muchos conseguirán hacer sombra. Y así durante toda esta semana mas de un millón y medio de peregrinos y voluntarios darán, desde la capital española, esa imagen de fraternidad y colaboración. Principios que deberían adoptar todas las naciones del mundo, al margen de creencias y políticas.
Estos días, la ciudad del Manzanares se ha convertido en una fiesta constante donde el Amor a Dios es la bandera de mas de 1.000.000 de jóvenes, llegados a esta JMJ 2011 desde todos los rincones del globo. Unos jóvenes que junto a los voluntarios de este evento internacional, están dispuesto a hacer de ello una gran fiesta para todos.
El color y el calor que inundan las calles, son testimonio de una juventud comprometida, concienciada de los problemas que lacran la sociedad y dispuesta a afrontarlos.
No deja de ser irónico, ver como tiramos piedras contra nuestro propio tejado, el empeño de muchos de repudiar nuestros orígenes. Esos cimientos que hunden sus raices en el Cristianismo. Y es con actos, como el que tendrá lugar esta tarde, la denominada marcha ‘’anti-Papa’’ donde, los intolerantes, y defensores del odio se hacen escuchar bajo el amparo de las instituciones, para propagar la intransigencia en este caso contra los peregrinos y la visita del Papa.
Algo increible si se tiene en cuenta que este acto, la JMJ, supone un alivio y respiro para muchos sectores económicos de Madrid e incluso para el Estado, que recaudará mas de 25 millones de euros. Y aporta a la marca ‘’España’’ la imagen de la capacidad de organizar eventos de este calado y magnitud.
Se mire por donde se mire ventajas y beneficios, que ni la intolerancia ni la fobia de muchos conseguirán hacer sombra. Y así durante toda esta semana mas de un millón y medio de peregrinos y voluntarios darán, desde la capital española, esa imagen de fraternidad y colaboración. Principios que deberían adoptar todas las naciones del mundo, al margen de creencias y políticas.
Guillermo Garabito
