Celebramos
este año el aniversario de la muerte de Cervantes. Efeméride mayúscula en el
panorama cultural y la emprenden contra los escritores. “This is Spain”. Este
oficio no da más que disgustos y alguna alegría de la que Hacienda se queda el veintiuno
por ciento. Hacienda, siempre Hacienda. Ay.
De estar siempre ahí acabaríamos haciendo buenas migas. “Si no fueses tan
puta…”, que diría Gil de Biedma.
Cómo
es sencillo ser escritor y vivir de tus textos decidió añadirle Montoro un poco
más de emoción al tramo final de la vida, cuando uno ya está pensando
atardeceres. Aquellos escritores que ingresen más de nueve mil euros anuales en
concepto de derechos de autor tendrán que elegir entre vivir de estos o de la
pensión.
Y
ante esta situación exclamó Antonio Gamoneda: “Dejaré de escribir”. Y la
advertencia parecía seria. Y yo no sé si Montoro leerá poesía –le falta
metáfora en el discurso–, pero el resto lo sentiríamos profundamente si el
asturiano, o en la otra punta Caballero Bonald por ejemplo, dejaran de
publicar.
Aún
con la crisis venida a menos la vida sigue siendo dura como para vivirla sin
lirismo y sin literatura.
Uno
se pasa la vida escribiendo y haciendo planes y le salen ahora con estas. Yo
que siempre he pensado en jubilarme. De frente al mar. O entre los trigos
desmelenados de Torozos. Pero ya no podré escribir mis memorias. Un medio siglo confesado a
medias –como el de Ruano– por miedo a
que tenga éxito y los derechos de autor me hagan elegir entre la pensión o la
nada.
Guillermo Garabito.
Publicado en ABC CyL el 22 de enero de 2016.