lunes, 12 de septiembre de 2011

Ocaso castellano

Cuando el sol veraniego se pone en los Torozos, da comienzo otro tipo de actividad, distinta a la del labrantio y la vendimia tan propia después del estío.

El éxodo rural, se vuelve una realidad y es que, los habitantes estacionales de los pueblos, vuelven a la ciudad en busca de las rutinas que les acompañan durante la mayor parte del año.
El trabajo, el colegio o la universidad son los quehaceres que ocupan la mayor parte del tiempo a lo largo del día. Pero no los únicos.

La población rural se extingue, ante la pasividad y parsimonia, de las autoridades responsables.
Algunos ayuntamientos de los pueblos, parecen cerrar por vacaciones permanentes después de los días de campaña, el domingo de votaciones para las elecciones municipales y ya, de gracia mantienen abierto hasta la investidura de los nuevos cargos electos.

La falta de preocupación de los ayuntamientos rurales, por la ausencia de jóvenes que den dinamismo en los pueblos, es absoluta. Y se acerca el día donde los pueblos castellanos, se asemejen a esos pueblos fantasmas del desierto de Namibia. Por que Castilla sin sus pueblos, es el cadáver de un cuerpo sin alma.
Así se vuelve urgente y de vital importancia que tanto alcaldes, como otros cargos de las instituciones de los pueblos de Castilla, se propongan la elaboración de unas medidas que sirvan de aliciente para que familias con hijos, habiten sus tierras y den vitalidad a los cada vez mas ancianos y desiertos poblados del páramos castellano.

Guillermo Garabito


Carta publicada por ABC (13-09-11)
Carta publicada en el Norte de Castilla (18-09-11)
Artículo publicado en la revista El Santillo (1-10-11)



6 comentarios:

  1. Tienes toda la razon, pero vosotros los jovenes que aun no habeis formado familia, sois el futuro de esos pueblos castellanos, principalmente el dia que tengais hijos y descubrais que alli aun queda unpoco de libertad para que los niños jueguen salten brinquen se descalabren y se llenen las rodillas de heridas. Una se siente mas tranquila sabiendo que hay una juventud fantastica, frente a los perro flautas, feliz vuelta de verano PILAR

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  2. Pues si, por que me da que la generación actual que tiene hijos, es una posibilidad que ni se plantea. Así que de aquí a unos años veremos si mi generación se lo plantea como lugar de residencia

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  3. Es un problema ibérico. Aquí en Portugal el interior, a poco y poco, se va cerrando. Se cierran escuelas, lugares de atendimiento médico… no hay infraestructuras que apoyen las familias. Hay sosiego, espacio, pero eso no es suficiente para tener cualidad de vida y los jóvenes y menos jóvenes se marchan para lugares más interesantes y donde tienen otro tipo de ofertas y posibilidades de trabajo.
    Es un círculo vicioso: no se hacen infraestructuras porque no hay populación y no hay populación porque no hay infraestructuras. Los gobiernos cambian pero todos hacen lo mismo, no se interesan por la populación, ni por hacer algo que incentive y ayude a fijar las familias, apenas se limitan a cerrar servicios.
    Cerrar servicios en la provincia es uno de los mayores errores políticos, sociales y culturales que se han practicado en Portugal en los últimos años.
    El esfuerzo debería ir exactamente al contrario: mantener los servicios, incluso en los pueblos de baja population, para que la gente se tente a considerar a un retorno a la tierra.
    Perdóname los errores y la gramática, pero soy portuguesa.

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  4. Isabel, nada que disculpar por los errores, está muy bien. Pues leyendo lo que me has dicho, tienes toda la razón del mundo. La política de los distintos gobiernos, debería ir dirigida al mantenimiento y creación de servicios en los pueblos. Y así fomentarían que la gente viviera allí.

    Completamente de acuerdo

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  5. Los tiempos cambian y ningún político ni ninguna ley puede luchar contra el progreso. Los pueblos en Castilla tuvieron su razón de ser en un momento en el que los transportes y la movilidad era muy reducida, todo se hacía a golpe de muchos brazos y muchas jornadas de trabajo. Su principal motor era el campo y en segundo lugar la ganadería, que daban trabajo para muchas personas durante muchos meses, y al rededor de ellos había una serie de oficios que les daban servicio.

    Hoy una sola persona con una cosechadora de cereales hace en cuestión de horas el trabajo que hace sólo un par de generaciones hacían una veintena de personas durante casi un mes, y esa persona no sólo no es del pueblo, si no que puede ser de Andalucía o de cualquier otra comunidad y pasa el comienzo del verano recorriendo España haciendo esa labor. La realidad es que hoy en día un sólo agricultor con la maquinaria adecuada podría labrar la mayor parte de las tierras de todo un municipio y ni siquiera necesitaría vivir en el pueblo para desarrollar en él su profesión ya que salvo en temporada de máxima actividad hay otras largas temporadas en las que la actividad se reduce mucho y no es necesario estar todos los días, bastan con unas pocas horas algún día a la semana. Además, en mi opinión, el futuro del campo pasa por modelos de ese estilo: profesionales o empresas de servicios agricolas que exploten grandes terrenos con independencia de que sean o no de su propiedad, sólo así pueden reducirse en parte los costes, cada vez mayores, y luchar contra unos precios del producto final que nunca terminan de subir... pero ese es otro tema, que me pierdo...

    A lo que voy: me temo que el único futuro para que un pueblo de hoy recupere su actividad es que le planten cerca una autovía que deje la capital a a menos de veinte minutos o que se establezca en su termino municipal una industria que de puestos de trabajo y a haga práctico trasladarse a sus trabajadores a vivir en él. Aun así, desgraciadamente la faz de ese pueblo cambiaría como ha pasado en localidades como Aldeamayor de San Martín, Santovenia de Pisuerga o Villanubla, por citar tres ejemplos de la provincia de Valladolid convirtiéndose en modernas ciudades dormitorio, feas, sin ningún encanto, en las que las tradiciones y costumbres quedan aplastados por los hábitos de familias que viven ahí por conveniencia y en la mayor parte de los casos sin ningún interés ni apego por esa tierra que habitan.

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  6. Completamente de acuerdo. Pero falta añadir que el impulso que le falta a muchos pueblos no es solamente la industria o el estar cerca de una gran ciudad y ejercer de ciudad dormitorio. Sino un impulso de turismo rural. Eso si podría dar algo mas de vida a los pueblos y puestos de trabajo.

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