miércoles, 5 de noviembre de 2014

¡Feliz cumpleaños!

Cumplir años está infravalorado, quizá por ser un acontecimiento que se repite puntualmente en el calendario personal. A ninguno nos gusta demasiado, sobre todo pasada cierta edad, pero en la infancia, cuando todo es lento y liviano o al menos debería serlo, lo de cumplir años es otra cosa.

Uno nota que se va haciendo mayor en ninguna parte en concreto, pero se nota. Por eso, me van a permitir que sin regalo yo, porque ya el sueldo de articulista no da para nada, les haga éste a mis hermanos Alex y Chema, en el día de su cumpleaños:

Un regalo que amarilleará al paso de los años, pero espero no se rompa o le llegue el olvido como a cualquier otro presente material. Tal vez no le encontréis valor, pero podéis presumir de el en el colegio, no para conseguirme nuevos lectores -que también-, sino porque robarle protagonismo por un día, aunque sea en este breve recuadro, a los políticos y el mal endémico de la corrupción, es algo muy difícil.

Ahora que todos pueden ver, entre chorizos que piden perdón pero no sienten nada, que no era una crisis económica sino una profundísima crisis de valores, tenéis que entender que al final, lo único que vale es ser buenas personas. No sé a qué edad exactamente uno comienza a ser un hombre, pero tened claro que lo más importante, con once años y siempre, es ser recto. Godo os hubiera dicho que hay que ser hombres de provecho y como éste para mí nunca dejará de ser su hueco, os lo escribo yo. Es difícil y se yerra por el camino, lo veréis, pero no hay que dejar de intentarlo; el ideal es, en palabras de Baudelaire, ‘’ser sublime sin interrupción’’.

Los hermanos mayores deberíamos aspirar a ser ejemplo para los pequeños y que éstos se sientan orgullosos de nosotros. Pero el orgullo, lo siento yo al teneros como hermanos.
Un artículo y defender la necesidad de lo personal ante el materialismo era quizá lo fácil, pero cuando a uno le coincide su columna semanal y el verse sin regalo el día antes del cumpleaños… la cosa está clara. Decía Umbral que para escribir un artículo hay matar un ensayo, un soneto y una noticia, discúlpeme el lector este alterar la receta del maestro, para, en día tan especial, matar una carta y un regalo.


¡Felicidades, campeones!

Guillermo Garabito

Publicado en El Día de Valladolid el 5 de noviembre de 2014

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