miércoles, 25 de febrero de 2015

Cien años de honradez


Ser o no ser Hacienda, esa es la cuestión. Qué difícil nos lo ponen cuando los impuestos son un trecho empinado de clases medias, que aprietan e incluso ahogan. Arriba, se respira mejor. Fíjense que los impuestos son una cosa personalísima e intransferible. Una moda de ahora a la que se atienen folclóricas, ex–familia real o el mismísimo Jordi Pujol.

El año natural de una persona adulta bien pudiera medirse en impuestos. Hoy IBI, mañana IRPF o tasas de basuras y así, vuelta a empezar. Los autónomos son una caricatura aparte.  Se queja la Consejera de Hacienda, Pilar del Olmo –que tiene gesto de no escapársele una–, de lo que cuesta recaudar un euro y yo me quejo de lo que complicado que es ganarlo. Visto que aquí nos quejamos todos, sosiego que la vida marcha.

Un domingo, al medio día y sin comer,  se fundieron los plomos de mí casa. Para poder justificar el coste a la comunidad, le pedí al operario de urgencias que me hiciese una factura. “¡Si le hago factura tengo que cobrarle el IVA!” No sé a quién le molestaba más, si al electricista andar de papeleos o a mi pagar el veintiuno por ciento a mayores por apretar dos tuercas. Le dije a regañadientes que no me tentara… ¡Lo que cuesta hoy día ser honrado! Lo saben bien el Jaguar del garaje de Ana Mato y Bárcenas

Me viene a la cabeza el felipismo primero de 1979. Aquel que ahora han intentado emular pobremente con la sonrisa de Pedro Sánchez y el acento trianero de Susana. “100 años de honradez” esgrimían. Griñán y Chaves se vinieron abajo, cien ya eran muchos. ¡Para que más!
Algunos piensan que el IVA no existe, que es Montoro. Al final y parafraseando al juez Castro: ‘’lo que tú defraudas, lo pagamos todos”. Casualidades de la vida, desde hace años pagamos siempre los mismos. Otros descubrieron Suiza y vino Falciani con su lista, mal y tarde, como siempre.

Guillermo Garabito. 

Publicado en ABC. 20 de febrero de 2015



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