Con
las fechas y las prisas hay carnaval hasta en la política, baile de máscaras y
entierro de sardinas, faltaría más. Elevan responsos por Tomás Gómez los
tranvías al cielo encapotado del socialismo madrileño. En las carreteras,
pintadas verídicas que rezan: ‘’No reírse de Pedro Sánchez, por favor”.
Rajoy
no gusta demasiado de tomar decisiones rápidas, ni en sobremesas dicen, por
miedo a que se le indigesten, pero este baile de incógnitas que se traía con
los cabezas de lista era un asunto de espectáculo, de propaganda. Se hable bien
o se hable mal, que se hable, porque la política tiene mucho de esto, de
farándula, sobre todo en época electoral. Y el gallego, que se fía más bien
poco, tenía que averiguar quién había detrás de cada máscara.
En
la región apunta a que repiten todos los que están, que no son todos lo que
eran en el principio de la legislatura. El presidente Herrera siempre es
caballo ganador y aunque lo haga por lealtad, que él a buen seguro estaría más
a gusto y tranquilo en Burgos, lo hará bien. No es tiempo de experimentos. Mientras,
un “yayoflauta”, de estos indignados con razón por una pensión que no da ni
para morirse, aconsejaba el domingo en una asamblea improvisada al calor denso
y fragante de la panadería: ‘’Tú no mires al que ponen primero en las listas,
que le buscan con cara de bueno y ese lo hará bien. Tú fíjate en el segundo,
por si va enchufado”… Monedero todavía.
La
turné política de todos los partidos, que buscan mejorar las encuestas en
ochenta días, empieza ahora con la designación de candidatos. Mañana, las pretensiones
de aquellos que querían optar a puestos más elevados, margaritas cercenadas con
espinas, se quemarán con disimulo aprovechando el carnaval, como la sardina,
para que no huelan los próximos cuatro años.
Guillermo Garabito
Publicado en ABC el 14 de febrero de 2015
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