El
pleno de ayer tenía no sé qué emoción con la elección de tres Secretarios de la
Mesa de las Cortes y un cabreo de Tudanca con Podemos por un acuerdo suscrito a
principio de esta legislatura. Aquel que incluía incorporar un representante de
Ciudadanos y otro de Podemos a la Mesa. Dice el secretario general de los socialista
en CyL que lo de Pablo Fernández es “una deslealtad permanente” y que en el
Partido Socialista no son “de poner la otra mejilla”. Con esas expectativas iba
yo a las Cortes y al comenzar la sesión se aprobó por votación con cuarenta y
siete votos a favor –el total de los procuradores del PP y C’s–, de un total de
ochenta y cuatro, alterar el orden del día y saltarse ese punto primero. Fue la
maniobra de PP y Ciudadanos para posponer el asunto hasta después de Navidad e
intentar buscar un nuevo acuerdo que no deje fuera a los de Ciudadanos. Ya se
sabe que en esta legislatura hay que tenerles contentos. Todo sea ampliar la
mesa ahora que las anuncian de oferta en Ikea…
Las
preguntas al gobierno regional, que era el segundo punto, más que una sesión de
control fueron un acto de precampaña. Se utilizaban las cuestiones para hablar
en clave nacional y sólo en las réplicas se venían los temas a lo regional.
Montoro sobrevuela siempre en el ánimo del hemiciclo. En realidad tenía uno la
sensación de asistir a un debate en provincias de cara a las elecciones del
próximo 20-D. Y no se sabía si la oposición preguntaba a Rajoy o a Herrera allí
presente. Podía haberse quedado el presidente del Gobierno de España después de
su visita mañanera a Olmedo para responder a tanta cuestión sobre su persona.
Tan
nacional y elevado discurría el pleno que hasta se habló de Kant. Como en el ya
famoso: “Bueno yo la verdad es que no he leído a Kant un li-título concreto, pero me da igual”, pronunciado por un Albert
Rivera en apuros el pasado viernes. Y el
encargado de rescatar al filósofo alemán ayer en las Cortes fue Tudanca que se
ve que tampoco le ha leído pero aclaró: “alguien que sí lo ha hecho es mi
compañero Gabilondo” y recordará usted, le dijo a Herrera, aquella frase del
filósofo que dice que “la honradez es la mejor política.” “Cuando yo me marche
de aquí me iré con las manos limpias; como vine”, sentenció el presidente a lo
que Tudanca añadió: “¡No tengo dudas de su honradez! ¡Sí de la del señor Rajoy!”
Y
prosiguieron los dimes y diretes nacionales y la socialista Marta Olmedo
apuntillaba que “quien esconde la cabeza es el señor Rajoy que no se atreve a
debatir.” Como si aquello, efectivamente, fuese otro debate al que el presidente
del Gobierno tampoco acudiría.
Tan
saliente marchaba el pleno que se aludió incluso a la inteligencia. “La vida
inteligente en Castilla y León no empieza y acaba en usted”, espetó la
socialista Barcones Sanz al consejero de la Presidencia. De Santiago-Juárez
resolvió que él no había hablado ni de su inteligencia ni de la de ella. Ya lo
escribió Kant: “No se puede aprender filosofía, tan sólo se puede aprender a
filosofar.” Sería de eso de lo que iba el pleno.
Frío
como con la filosofía alemana se quedaba uno al salir del edificio de las
Cortes. Entre la niebla cuajada de este invierno prematuro.
Guillermo Garabito.
Crónica parlamentaria publicada en ABC CyL el miércoles 2 de diciembre de 2015.
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