jueves, 19 de noviembre de 2015

Gil y puertas

La campaña electoral es un abrirse de puertas. A la hora de la siesta, que es cuando en España ocurre todo, llaman por teléfono los de las operadoras para ofrecerte lo mismo que la semana pasada e incluso un collar contra las pulgas para el gato. Y llama también, a la puerta, una enviada del CIS haciendo encuestas de cara al 20-D.
«Vengo buscando varones de entre treinta y cinco y sesenta años». Y yo le agitaba por detrás la mano a mi padre para que no se asomara a ver si le iban a reclutar para qué sé yo qué guerra. Le contesté que en ese momento no había ninguno y cuando pensé que ya me había librado de ella para seguir a mis cosas, ni corta ni perezosa, la mujer con ganas de encuestar, me dijo que mi barba me daba aspecto de hombre hecho y derecho y que qué opinión me merecían este y aquel líder político. Del uno al diez. Me quedé con las ganas de responderla que para enterarse leyese mis columnas. ¡Por favor! Uno ya no sabe dónde encontrar nuevos lectores.
Ya digo que la campaña va estos días de puerta en puerta y mañana o pasado vendrá Jesús, el cartero, a traer los programas electorales.
Me encuentro en el ascensor con la señora Gil y se queja de lo mismo, del follón de puertas que hay últimamente. «A mí me vinieron a vender el otro día no sé qué cosa.., Uno que era tonto esférico». Y ante mi cara de sorpresa resuelve: «¡Esférico, si! Tonto lo mires por donde lo mires».
En este ajetreo de puertas echo en falta que quienes vayan de una en una sean los candidatos al Congreso y al Senado por mi ciudad y me cuenten a ver qué van a hacer. Más por si no les volvemos a ver por Castilla y León en los próximos cuatro años.
Guillermo Garabito.
Publicado en ABC CyL el 13 de noviembre de 2015.

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