jueves, 26 de noviembre de 2015

Los aplausos

A la llegada a las Cortes hay una pequeña riada verde ante la entrada al parking. Enarbolan banderolas donde se lee la palabra Sanidad. Los manifestantes gritan: “¡Consejero, dimisión!” y se nacen los aplausos entre los asistentes. Les llevó a manifestarse, presumiblemente, la suspensión de las oposiciones de enfermería dictada por el T.S.J. de Castilla y León ocurrida la semana pasada. Y yo pregunto a uno de los manifestantes qué es lo que reclaman y contesta escuetamente que “la dimisión del consejero.” Y ¿qué cree que podría hacer el ejecutivo regional para tratar de resolver la situación? “Cesar al consejero”. La idea es fija.

La puntualidad para comenzar el pleno es de relojero suizo. Corre por el hemiciclo una cierta sensación de prisa. Hay revuelo de flashes en torno al presidente. La tribuna de prensa repleta y comentan algunos periodistas y jefes de prensa que “será por el asunto de las oposiciones.” En el orden del día lo primero son las preguntas orales de los partidos de la oposición al gobierno regional. La del portavoz del PSOE no se hace de rogar. Abre el turno y plantea su cuestión sobre “qué medidas piensa adoptar la Junta de CyL para solucionar el fiasco de la suspensión de las oposiciones de enfermería”. No les voy a negar mi sorpresa mientras leía previamente las preguntas al ver el término “fiasco”. Daba la sensación de estar elegido como a la carrera. Un adjetivo de andar por casa y para qué negarlo, quizá demasiado vulgar para la ocasión. Zanjó Tudanca su primera intervención preguntando si alguien iba a asumir las consecuencias de lo ocurrido. Tras la intervención del portavoz, aplausos.

He comprobado que hay dos clases de parlamentarios a la hora de intervenir en el pleno: Los que dejan el micrófono encendido al finalizar su intervención mientras los de su bancada aplauden –con la intención de que los aplausos resuenen más alto– y los que no. Tudanca lo hace a medias, como con cierto rubor después de los primeros treinta segundos.

El presidente Herrera comenzó su respuesta con un: “Lamento profundamente lo ocurrido… Y pido perdón a las personas que se han visto afectadas.” Aunque señaló que la convocatoria no se había anulado, “se suspende” y anunció que volvería a convocarse a comienzos del año próximo. Tras el turno del presidente se escucharon los correspondientes aplausos de su partido. Pero Herrera no tenía ya el micrófono encendido.

En esto de los aplausos debería estipularse también el tiempo y medirlo con cronómetro, como las intervenciones, porque uno ya no sabe si duran más las unas o los otros.

Comparado con Tudanca y su “fiasco”, el portavoz de Podemos, Pablo Rodríguez, parece un diccionario en sus intervenciones. Usa tres adjetivos para remarcar sus ideas, quizá por si los dos primeros no quedaban claros: “Perplejos, atónitos y estupefactos…” Y serán esos adjetivos, imagino, lo que consultan algunos procuradores que no sueltan sus teléfonos móviles.

En el turno de preguntas se fueron sucediendo los procuradores de los distintos partidos políticos. Cada uno con su tema. Y todos tras su intervención respaldados con las palmas de los suyos. Excepto tras la pregunta del portavoz de UPL que no hubo aplausos por aquello de que es el único representante de su partido.

Los escaños deberían ser dobles. Qué cada procurador tenga una pareja, como la Guardia Civil. A ser posible de su partido para que haya quien le aplauda al final de sus intervenciones. 

Guillermo Garabito. 

Crónica parlamentaria publicada en ABC CyL el miércoles 25 de noviembre de 2015.

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