Con
buen tiempo uno afloja el paso por la calle y se le pegan al oído fragmentos de
distintas conversaciones. Ayer, en la Plaza Mayor de Valladolid, una guía
turística le decía al grupo: “Como habrán podido comprobar la ciudad no es
especialmente bella, ni turística, pero si quieren llevarse algún subvenir, en
aquella tienda de allí…” ¡Valiente señora! León de la Riva, que desde su
despacho observa la plaza entera, no sería la primera vez que escuchaba esto.
De ahí su apuesta electoral por el turismo sanitario.
A
mí con lo del “turismo de salud” me nace en la cabeza la imagen de un guiri con
la pierna escayolada hasta la cintura en la playa, junto al verdor del Pisuerga, en un frenesí
continuo de “cosmopolitans”. Entre tanto
las agencias alemanas: “Viaje a Valladolid + hotel + operación + tapas típicas
y visita a bodega = 3000€”.
Lo
más granado de la historia y el arte ha pasado por Valladolid y nos quieren,
ahora con las prisas de campaña, hacer resort médico de toda Europa. No se supo
potenciar el turismo cultural. Cervantes, Cipriano Salcedo y todo el fulgor de
la imaginería en espera.
Los
de Ciudadanos, en Valladolid, apuestan por traer un Call Center –de los que
pagan 400€ al mes, no más– como empleo de calidad, dicen. Al final voy a dar la
razón al candidato de Vox cuando decía
aquello de que “la mejor política de turismo es la que no hacen los políticos”.
Es
viernes y se acaba la campaña “porque el hombre ha terminado, el hombre /
representó ya todos sus papeles”. En CyL a Luis Tudanca le mueve el optimismo. “Estamos
tocando el Gobierno con la punta de los dedos” arenga a los suyos mientras
esconde las encuestas porque Herrera, con todo, todavía es mucho.
Valladolid
“no es una ciudad especialmente bella”, explican los guías turísticos. “Todo es conforme y según” escribía Manuel
Machado.
Guillermo Garabito.
Publicado en ABC el 22 de mayo de 2015
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