lunes, 21 de septiembre de 2015

Vuelva cuando exista

Se levanta uno por la mañana y no existe. Con esa facilidad.

Iba yo a solicitar el número de la Seguridad Social cuando, al buscar en su sistema, el funcionario me dice que no estoy. Imagínese la sorpresa. “¡Pues usted no existe!” Y ya está. De sopetón no sabe uno que pensar o que hacer y a qué atenerse. Pero, más todavía que el no existir, me inquietó el cuajo con el que lo aireó el funcionario, como si fuese aquello lo más normal del mundo.  

Debería existir asociación para los no existentes; reuniones periódicas con asesoramiento legal o simplemente para superar el trauma del primer momento.  

“Si nunca he tenido ningún problema de estos”, me disculpé. “Ya, pues no sabría decirle exactamente. Ve, aquí tenía que salir su cara y no aparece”, insistía el hombre. Qué cosa tan extravagante esta de la no existencia. Yo que siempre quise ser estraperlista, ladrón de bancos o así, me delaté antes de empezar con el oficio. Tenía en bandeja no dejar rastro, pero se ve que no valgo. “Es que usted no existe”, repetía. ¡Pero como no voy a existir, si llevo esperando dos horas ahí sentado!  Toque, le decía extendiéndole el brazo. No sé, pulse alguna tecla… haga algo.

Como Sartre, padre del existencialismo, este funcionario escéptico, de jueves por la mañana, se había convertido en el precursor del inexistencialismo.

Con cierto susto por lo grotesco llamé por teléfono: “Madre, que no existo; lo asegura un funcionario” pero ella me colgó diciendo que estaba liada en el trabajo, que a la hora de comer hablábamos. ¿Y que hace uno hasta la hora de comer sin existir?


Si llega a ser por la preocupación del funcionario, ahora mismo, seguiría en el limbo de los justos. Al final, por ese asunto tan discutido de existir, resultó que efectivamente sí existía. De milagro y en las últimas ya digo, cuando en el auge del nihilismo de aquel funcionario incrédulo daba yo toda mi existencia por perdida.

Guillermo Garabito. 

Publicado en ABC CyL el 19 de septiembre de 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario