domingo, 31 de julio de 2011

De como todo encuentra final

Parece inevitable cuando algo termina no volver la vista atrás, simplemente para mirar con perspectiva lo que ya acabó o para hacer un balance de ''resultados''.
Esta vez la recomendación del sentido común parece gritar que nos olvidemos de mirar al pasado mas reciente, para así ser capaces de centrar todos nuestros esfuerzos en un futuro que comienza el próximo 20-N.

Casi 8 años es la distancia temporal que nos separa de aquella España europea, que como un transatlántico avanzaba entre los primeros puestos de las potencias mundiales, con poco que envidiar de ''socios'' como Alemania. Y 100.000 millones de deficit es la cuantía económica que ahora marca la distancia con  aquel país que situaba sus tasas de paro en torno al 10% en 2004.

Pues bien el transatlántico se hunde. Lastrado con mas de 5.000.000 de parados y el eco temeroso del rescate, el capitán del navío, degradado, leva anclas rumbo a tierras leonesas. 
Sin mas preocupación parece, que la de posicionar en la mejor plaza posible de la parrilla a su candidato, una cara nueva que no disimula lo imborrable. El hermanado ideario con los responsables de la situación actual. Neologismos nuevos para lavar la cara de una misma idea.

Ignorando o haciendo oídos sordos a la dura carga que lega a todos los ciudadanos y al futuro gobierno que asumirá sus funciones, con la responsabilidad de poner en marcha la ahora lapidada economía por la deuda, propiciando las ventajas que animen a visionarios trabajadores a crear empresas y así desenfangar el mercado laboral.

Un gobierno con la estricta necesidad de apostar por el talento y la valía, no por los favores y el agrado de lo innecesario.

Así es como donde había oscuridad parece vislumbrarse la luz, con el anuncio de unas Elecciones Generales necesarias y bajo el temor de ser objeto de manipulación para intereses partidistas.

Guillermo Garabito

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