En este mes, donde los días son largos y las noches calurosas no son poco los ''indignados'' que continúan acampados en diversas ciudades de la geografía española.
Un movimiento donde algunos inocentes vieron la posibilidad de ejercer una presión social sobre unos políticos y un Ejecutivo salpicados por no pocos escándalos. Pero la realidad no es otra que la de ser el 15-M un movimiento politizado y sus fines reales, muy distintos a los que en un principio esgrimieran como carta de presentación.
Ahora con la proclamación de P. Rubalcaba como ''Candidatisimo'' a unas elecciones (ojalá cercanas), y como si la honestidad y el reconocimiento de sus errores fuera a marcar su campaña electoral. Han sido admitidos ''múltiples guiños'' desde el Gobierno a los ocupantes de Sol.
Pero las tornas cambian, cuando un movimiento y sus aires no agradan al Presidente y sus barones. Cuando ideológicamente se deserta del adocrtrinamiento llevado a cabo por el partido. Entonces las acampadas son multadas y hostigadas.
Esto es lo que ha pasado la semana pasada en Madrid y durante el fin de semana en otras ciudades como Valladolid. Las denominadas ''#AcampadasProVida'' hicieron acto de presencia en el aniversario de la implantación de la ''Ley Aido''. Esa que equipara el aborto a un buffet libre, carente de riesgos para la madre y que trata al embrión cual objeto desprovisto de vida.
Desde el PP y aunque no ha marcado los últimos cuatro años de oposición, centrados en la crisis y sus estragos. Se reabre el debate bajo la promesa de que si Rajoy alcanza La Moncloa se regresará a la ley de los 3 supuesto.
Esto es un paso en la lucha por la defensa de la vida y el primer derecho fundamental de todo ser humano, que acerca a España a países de leyes de la calidad humana como las de Hungría, en su ferviente apuesta desde las instituciones por la protección de la vida.
Y es que aquel gobierno que vulnere los derechos mas fundamentales de la persona, vilipendia la autoridad otorgada en dicha materia por los ciudadanos.
Guillermo Garabito
Una legislación acorde con el principal de los derechos humanos es una necesidad en cualquier país democrático. Así es digno de aplaudirse cualquier paso hacia este objetivo y derecho democrático y de un Estado moderno.
ResponderEliminarEnhorabuena por este artículo y por los anteriores, que leo con expectación cuando los publicas y mucho ánimo.
Un saludo.
J.M.A